 |
Fuente: http://mispediatrasenlared.blogspot.com |
Existen
dos definiciones de “medición” importantes; la primera desde una epistemología
fisicalista y la otra desde una epistemología más general. Según la primera,
medir es asignar números a las cosas de
acuerdo con ciertas reglas. Así, algo queda medido cuando, pe., una persona
se coloca sobre una balanza de baño y esta le arroja un valor sobre su peso;
otro ejemplo es que una persona levanta una cinta métrica desde su base hasta el
final de su cabeza y esta le arroja una medida de su estatura. Este proceso de
medición es el más difundido, pero tiene sus inconvenientes.
El
primero y más importante, es que este concepto supone que todo tenga que tener
un instrumento físico de medida o una métrica y esto no es así. El inconveniente
llevó a algunos teóricos a decir que unas cosas podían medirse y otras no, por
lo tanto, lo que no se podía medir sí
se podría evaluar. Esto es, pe., el dolor al no tener un instrumento físico
para medirlo, como el termómetro, sí podría evaluarse en una escala de 1 a 10,
donde 10 es el valor más alto; de manera que se pregunta ¿en una escala de 1 a
10, cuanto le duele la cabeza? Así, el dolor no se mide sino se evalúa o se
valoriza. Esto, sin embargo, creó una dicotomía en la medición, pues se creaban
más conceptos de modo innecesario, como medir, evaluar, valorar, etc., incrementando
las entidades innecesariamente. Por ejemplo, en pedagogía existiría una medición, la de asignar números a las respuestas
mediante algún instrumento o examen; y otra que sería una evaluación, al asignar letras a la evaluación, trayendo
consecuencias tremendas dificultades en pedagogía, pues, unas cosas serían
medidas y otras evaluadas sin poder hallar equivalencia entre ambas. Esto pasa
por la creencia que existen cosas cuantitativas y otras cualitativas.
El
segundo concepto de medición establece que medir es vincular conceptos abstractos con indicadores empíricos, concepto que
abarca al primero por ser más general. Esto implica lo siguiente, dado que los
conceptos, como amor, pasión, rojo, rascacielos, etc., no son cosas físicas, no se ven, tampoco son
palabras (pero se expresan con ellas), entonces, ¿cómo saber que nos referimos a
ellos en la realidad? Por ejemplo, ¿cómo saber si hay amor en lo que vemos o
que algo es rojo?, la respuesta es que debemos señalarlo, decirlo o calcularlo
mediante un indicador; por ejemplo, si dos personas se besan, entonces sería un
indicador de existencia de amor entre ellas o de amistad; el beso sería un
indicador de amor o de amistad; otro ejemplo es al decir, “me
duele mucho” estaríamos dando un indicador de la intensidad del dolor; o poner un termómetro en la boca
y ver su valor, sería un indicador de temperatura,
etc.
Como
se ve, este segundo concepto abarca al primero, pues el problema de medir es
hallar la forma de vincular al concepto con el(los) indicador(es) del concepto.
Esto puede cobrar la forma de instrumentos físicos, exámenes, preguntas,
señalar algo de un objeto, observar, incluso, emitir un juicio sobre algo,
serían formas de establecer indicadores de otros conceptos, como hacen los sicólogos
o los policías; ellos tratarían de hallar conceptos como estrés, o delitos
ocultos a través de interrogatorios.
De
esta manera evitamos crear varios conceptos, como medir, evaluar, valorar, para
el mismo proceso de conocimiento y siempre estaríamos midiendo a través de
indicadores que pueden ser números, letras, juicios, observaciones, etc.
En la imagen pueden verse los indicadores (síntomas) de la fiebre. Tomado del Blog Mis pediatras en la Red
Comentarios
Publicar un comentario